miércoles, 17 de agosto de 2011

Gral. .J.de San Martin


Hoy recordamos el paso a la inmortalidad del Gral. Don José Francisco de San Martín, Padre de la Patria y Libertador de América, hoy se conmemora el 1619 Aniversario de su muerte. Pero ¿Quién fue este hombre? Nació en una antigua misión jesuíta en Yapeyú Corrientes un 25 de febrero de 1778, hijo de Juan de San Martín y Gómez, capitán español y gobernador de Yapeyú, su madre Gregoria Matorras del Ser, siendo el menor de cinco hermanos. A los doce años partió a España, donde se incorporó como cadete del Regimiento de Murcia, llegando hasta Teniente Coronel. Junto con otros patriotas se contactó en Inglaterra con Francisco Miranda, participando en la Gran Reunión Americana.
Así adhirió a los ideales republicanos de las sociedades secretas europeas, gestando su plan emancipador. Tuvo su formación en los campos de batalla españoles, fue el conductor de los ejércitos americanos, y se entregó plenamente a la causa libertadora; renunció a los títulos y honores. General de la hegemonía argentina, libertador de Chile, fundador de la libertad de la Nación en el Perú, prefirió el exilio a la guerra fratricida.
Su primer paso en Bs As fue el reconocimiento del gobierno, así creó el Regimiento de Granaderos a Caballo. Su bautismo de fuego se dio en San Lorenzo, Santa Fe. Luego fue nombrado jefe del Ejército del Norte en reemplazo de Manuel Belgrano, su amigo. El 12 de septiembre de 1812 contrajo matrimonio con Remedios de Escalada, de cuya unión nació Mercedes. Ideó el plan estratégico continental y para 1814 fue nombrado Gobernador Intendente de Cuyo. Allí no sólo organizó el Ejército de los Andes, formando cadetes y oficiales, además realizó una importantísima labor político- social, educativa, económica, sanitaria, etc. una verdadera construcción ciudadana. Para 1816, juró obediencia al Congreso de Tucumán, con el cual colaboró para que se declare la independencia.
San Martín tenía algo que lo distinguirá de todos los demás: un ideal y la voluntad para alcanzarlo. Por ello, se atrevió a cruzar la cordillera para ayudar a los países hermanos y alcanzar la libertad; se enfrentó no sólo al enemigo externo, como los realistas, sino también a los internos, como políticos y economistas de la época a quienes no les convenía la causa libertadora. San Martín puso sus bienes al servicio de su ideal, “la seguridad de los pueblos a mi mando es el más grande de mis deberes”, sus palabras, que las cumplió al pie de la letra.
La grandeza de este hombre se la observa el 26 y 27 de julio de 1822 al producirse el encuentro entre dos grandes en Guayaquil, San Martín y Bolívar; luego de la entrevista, San Martín abandona Lima para no volver. Despide a los peruanos diciéndoles: “Hacer la independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos. La presencia de un militar afortunado es temible a los estados que de nuevo se constituyen. Por otra parte, ya estoy aburrido de oír decir que quiero hacerme soberano. Sin embargo, siempre estaré dispuesto a hacer el último sacrificio para la libertad del país, pero en simple particular y no más”.
Con estas frases directas al juicio honesto de sus contemporáneos, José Francisco de San Martín renunciaba a la gloria, la riqueza y el poder. 1824 fue el año del más penoso sacrificio que se impone por la paz de su patria, parte al exilio voluntario.
“Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas”. Así lo demostró en 1829 ante las luchas intestinas que se desataban en su país.
Este hombre era el mismo soldado que había abandonado el ejército español, el padre y esposo que había dejado la vida familiar. Defendió la libertad de los pueblos, así como los derechos de sus habitantes lo que demostró a lo largo de su vida de manera significativa, siendo un ejemplo de virtudes, como el desinterés, el patriotismo, la humildad, la honestidad, la responsabilidad y la renuncia, valores que trasmitió a su hija a través de las máximas. La obra emancipadora de San Martín es el legado del padre augusto del pueblo argentino héroe máximo de la libertad. Estos valores debemos poner en práctica diariamente en nuestras casas, en la escuela, en todo ámbito, con participación y compromiso como lo demostró el Gral. Don José de San Martín. Falleció lejos de su patria, un 17 de agosto de 1850 a las 15 hs en Boulogne- Sur- Mer, Francia, a los 72 años, en el más oscuro olvido.
En un aniversario de la batalla de Maipú, el presidente Avellaneda instó a la repatriación de los restos de San Martín, diciendo: “Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir”. En 1880, finalmente sus restos son repatriados, descansando en el mausoleo de la Catedral de Bs As.
Bien lo describió Mitre: “En San Martín el rasgo primordial, el sentimiento generador de que se derivan y deducen las cualidades que constituyen en su ser moral, es el genio del desinterés, que es la más alta expresión en la revolución sudamericana, ya sea que medie en su limitada esfera intelectual, luche, destruya, edifique según sus alcances, mande, obedezca, abdique y se condene al eterno silencio y al eterno ostracismo”.
Fiel a la máxima que rigió su vida, fue lo que debía ser, y antes que ser lo que no debía, prefirió no ser nada. Por eso vivirá en la inmortalidad. Dejó un gran legado para toda Latinoamérica, como bien se identifica en sus palabras significativas, para reflexionar y ponerlas en práctica en este presente; “Divididos seremos esclavos, unidos venceremos” Gral. José Francisco de San Martín.Prof. Roberto Sayes


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